domingo, 25 de septiembre de 2016

Sobre la verdad...

Aquello que es verdadero, ¿pudo siempre ser así? Habría que cuestionar más seriamente el concepto de la verdad. Si algo pierde su cualidad de ser verdad, entonces, ¿en algún momento realmente lo fue? Porque si se tratase de algo irrefutable no habría forma alguna de que, justamente, perdiera esa cualidad. Entonces, ¿a qué podemos aspirar? ¿A media-verdades? ¿O a pequeñas mentiras? Me parece que para abordar un concepto u otro como absolutos es intrincado, harto difícil. Hay un problema mayor a si se pueden o no abordar la verdad y mentira como absolutos, y es que alguien no escatime en utilizarlas con esta cualidad. Ahora bien, si revisamos en algún aspecto de nuestras vidas seguramente encontraremos estos “absolutos” de verdad o mentira, como ideas, abstracciones, sentimientos, o algo tan absurdo como que estamos vivos. ¿Pudieran afirmar sin temor que esto es así? He aquí otro problema. Si afirman, están declarando que hay una verdad absoluta y que ésta es que hay cuestiones más ínfimas o muy particulares de nuestras vidas que son una verdad o mentira absoluta. Entonces; la verdad absoluta es que hay singularísimas verdades absolutas. Pero vamos por el lado de la negativa a ver cómo resulta...Si negasen el hecho de que no es posible encontrar algún aspecto de nuestras vidas en el cual hallemos “absolutos” de verdad o mentira, implicaría que, al refutarlo completamente, anularían esa mentira, por La Verdad de que no existirían otras verdades absolutas que contengan ínfimas verdades absolutas.

            La resolución de este planteamiento no va por las vías del “término medio”, porque éste se presenta como una alternativa en el punto central de ambos extremos. El problema de hablar taxativamente de un punto nuclear nos remitiría nuevamente a una afirmación de cualidades absolutas; que hay medias verdades o medias mentiras. Decir eso es caer en el mismo círculo discursivo del planteamiento de las verdades o mentiras absolutas, por eso no es una solución. Pero... ¿Quién necesitaría resolverlo? ¿Para qué? Si al leer cada una de estas palabras del presente fragmento usted ni si quiera cuestionó el hecho de que están en escritas en idioma español.